Por Prof. Ana Camacho
Sobre la cumbre, de la montaña
cual faro ardiente que irradia luz
se muestra altiva, como una antorcha
nuestra escuelita Mariano Abril.
Bajando jaldas, subiendo montes
prestos estamos todos aquí,
atentos siempre y muy contentos
obeja que va al redil.
Día tras día, allí acudimos
llenos de dicha a recibir
esa enseñanza que nos consagra
y nos augura un buen porvenir.
En el futuro decir podremos
con grato acento todo así
gracias escuela por la enseñanza
que de tus aulas yo recibí.
Dios te bendiga querida escuela
cuantos recuerdos guardas en tí
gratos recuerdos que nunca olvido
como tampoco te olvido a tí.
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